lunes, 14 de abril de 2025

JORGE PÉREZ BERNIER Y YO

 Por Armando Pérez Araújo

Al ex gobernador Jorge Pérez lo conozco desde que era gerente de Inscredial, la entidad encargada de otorgar vivienda social a gente necesitada de ella, y yo, como abogado y como siempre, defendiendo causas difíciles, casi imposibles de defender, en este caso, la de deudores morosos de dicha institución, la mayoría humildes habitantes del barrio Maleiwa de Maicao, que enfrentaban el temor de seguir permaneciendo como dueños de sus casas. Como quiera que practico la precaución y buena costumbre de indagar por el lugar de origen de los apellidos de las personas que comienzo a conocer, máxime si, en casos como el de esta reseña histórica, cuando el interlocutor habitual tenía mi apellido Pérez, encontré que por el simple hecho de que Pérez Bernier me informara que su apellido paterno provenía del Carmen de Bolívar, ello fue suficiente motivación para inferir la probabilidad de que podría existir algún parentesco entre esos distintos Pérez, los del tronco paterno de Pérez Bernier y los Pérez míos, que sabía que descendíamos de Magangué, Bolívar. En todo caso, el manifiesto don de gentes del amable gerente y ocasional contertulio, más su espontánea sencillez, transparencia y bonhomía, facilitaron el nivel de comprensión para resolver consensualmente, es decir, a punta de comprensión y respeto por los derechos humanos, la tranquilidad y estabilidad de los propietarios que el suscrito representaba extrajudicialmente ante la entidad regentada por Pérez Bernier. Podríamos decir que entre nosotros nació ipso facto, una especie de amistad a primera vista, acompañada del fraternal y cariñoso trato familiar continuo, respaldado por la probabilidad meramente estadística de que entre los Pérez Bernier y nosotros, los Pérez Araújo, por razones que podríamos considerar geofamiliares, podría existir algún vínculo consanguíneo común. Adicional a ese invariable y afectuoso trato de parientes que por muchos años nos hemos prodigado, surgió mi matrimonio con la dirigente wayuu Remedios Fajardo, quien siendo hija del riohachero Pedro Fajardo Bernier, tío de Jorge, dejaba develada la circunstancia de que su abuela resultó ser hermana del abuelo de mismísimo Pérez Bernier, revelando otra sobreviniente variante familiar de parentesco por afinidad entre nosotros.

Resulta que un día cualquiera me visitó mi primo hermano Carlos Pérez Almenares, destacado investigador en historiografía y meta historia de nuestros asuntos de familia, para informarme que había culminado una importante indagación familiar, relativamente comprobada, según la cual, el popular sacerdote Padre Prasca de Magangué, cura emblemático de esa ciudad, que en la década de los cincuenta fue trasladado al Carmen de Bolívar, llevándose de ayudante y compañero, en calidad de monaguillo a uno de sus sobrinos, de nombre Carlos Pérez, que suponemos era entonces un joven entre los quince y veinte años de edad. De conformidad con la citada averiguación el apuesto obispillo muy pronto cautivó el amor de una hermosa carmera y según dice la historia, relatada por mi primo hermano Carlos, más temprano que tarde, pasó lo que tenía que pasar, es decir, el sobrino, alumno y protegido del cura embarazó a su joven novia. El niño de esa relación nació varón y su nombre fue Miguel, quien, de acuerdo con la emotiva aunque muy fragmentada investigación, una vez creció se estableció en La Guajira y también, más temprano que tarde, igualmente enamoró a una bella dama de la sociedad riohachera de apellido Bernier, con quien se casó. La suma de los factores, y sin más vueltas, es decir, el sumun y producto de esta curiosa historia, es que el principal protagonista y enamoradizo monaguillo, con la mayor certitud, resultó ser mi abuelo Carlos Pérez Mejía y, al parecer, también abuelo del ex gobernador. Mejor dicho, al buen entendedor pocas palabras bastan: todo indica que el ex gobernador Jorge Pérez Bernier, una vez quede confirmada esta desordenada y emocionante explicación, será considerado como mi primo hermano.

Ahora hablemos de la condena de quien, reitero, parece ser mi primo hermano, ojalá así sea, a favor de su presumible inocencia, no sólo por aquel precepto guajiro de que a lo tuyo tú, con razón o sin ella, como reza el popular principio de solidaridad, sino porque a simple vista me ha parecido que lo que hay en el canto de la cabuya es un monumental exabrupto, conociendo, como conozco la característica corrupta y perversa permeabilidad de nuestro sistema judicial por la politiquería, y particularmente, porque he sido testigo y víctima lo que ocurre en los vulnerables espacios del mismo sistema judicial en las instancias de La Guajira. También, porque conozco de los proverbiales estragos de la poderosa corrupción local imperante en este medio nuestro, poblado de oscuros y jugosos intereses. Naturalmente, tengo que advertir que no me referiré a ninguna decisión judicial en especial, en torno a los derechos y garantías de mi presunto primo hermano, porque entiendo, en calidad de defensor de los derechos humanos, y porque como abogado he sido muchas veces víctima de este sistema, comprendiendo que sin conocer detalles del proceso de marras, no sería correcto expresar ninguna opinión al respecto. Me basta entender lo que se percibe en la calle y dice en parques y corrillos de la política y la politiquería, incluso, lo que observé en el rostro del ex gobernador, cuando decidió difundir las sentidas palabras suyas sobre su determinación de entregarse a las autoridades. Es más, creo que para mí bastarán las elocuentes y tristes imágenes de su ingreso a las instalaciones judiciales de la calle primera de la capital guajira, porque evoqué con ellas aquella también triste circunstancia fáctica, hace un poco más de veinte años, cuando ingresé por la misma puerta, ilegalmente capturado y visiblemente sojuzgado. A los treinta y siete días, en mi caso, una instancia superior, a cargo de un juez justo y serio, porque de que los hay, los hay, decretó mi libertad, añadiendo frases contra la estupidez judicial, que no se las ha llevado el viento, pero que contribuyeron a reconciliarme un poco con la justicia colombiana, como esta: “..eso no se hace con un hombre que ha dado muestras de ser respetuoso del derecho...” . Ello no borró mi dolor, pero espero que a Pérez Bernier le pase lo mismo y quede libre y resarcido por orden de la Sala Plena de la Corte Suprema.


viernes, 11 de abril de 2025

QUEREMOS EMPUJAR UN CIERRE DE MINA JUSTO, ACOMPAÑADO DE TANSFORMACIONES DEL TAMAÑO DEL CERREJÓN


Por Armando Pérez Araújo

¿QUÉ HACEMOS CON EL TREN, CON EL PUERTO Y LOS DOS AEROPUERTOS, CON LAS TIERRAS DEL NORTE Y CON LAS DEL SUR Y CON EL CAMPAMENTO DE MUSHAISA Y OTROS ACTIVOS NO MENOS IMPORTANTES?

La tremenda noticia de que el presidente Petro está interesado en conversar con los dueños del sistema del ferrocarril privado, la empresa Cerrejón, para negociar la posibilidad de consensuar una fórmula adecuada y equitativa, por supuesto contractual, no solamente no es descabellada sino la más inteligente y popular para los intereses de los colombianos y, particularmente, para los de los tradicionalmente olvidados de La Guajira. Celebramos que esta iniciativa, que hemos impulsado desde Causa Caribe y divulgado en Pensamiento Caribe, haya cuajado y se convierta en el principal motor de la necesaria bandera de cambio y de transformaciones inmediatas que requerimos. El presidente Petro tiene toda la razón, también porque tiene la sartén por el mango y porque resulta adicionalmente viable. Lo explicamos así: en primer lugar, es evidente que el proceso minero de La Guajira ya no es aquél desaforado y terrófago de antes, cuando cada gobierno regional y nacional, la sociedad colombiana, los medios de comunicación, incluso, componentes de nuestra espiritualidad, como la Iglesia Católica asentada en La Guajira, se comportaban como los peores exponentes de la sumisión y genuflexión, mostrándose dóciles ante los exorbitantes intereses de la norteamericana familia Rockefeller. Recordemos que en ese entonces parecía que estaba completamente prohibido en el país disentir de las políticas corporativas impartidas desde las esferas de Exxon Mobil en Dallas, además, porque la maniatada y postrada estatal Carbocol S.A. que suponíamos, debería haberse comportado erguida, actuaba escasamente celosa del cuidado de los pequeños intereses de los colombianos, limitándose y concentrándose en velar por los asuntos socialmente intranscendentes del contrato de asociación. Pero los tiempos han cambiado y es evidente que el Presidente Petro se ha desmarcado de las multinacionales extractivistas, y, claro, adicionalmente, resulta evidente la obligatoriedad del fenómeno jurídico y social que implica el indefectible e inminente Cierre de Mina Justo y Equitativo, lo mismo que la Transición Energética Justa, instrumentos como el Acuerdo de París, el Protocolo de Kioto, el Acuerdo de Escazú, etcétera, que les impone a las partes contratantes, particularmente para el caso concreto y especial de La Guajira, un entendible cambio de reglas del juego a favor de los parámetros de la justicia social y ambiental, banderas programáticas de este gobierno. De manera que acceder de forma temprana a los sobrantes servicios parciales del tren y de algunos importantes activos de propiedad de la empresa Cerrejón, también servirá para asegurar y garantizar a la frágil población de La Guajira, la indispensable transportación de incalculables volúmenes de agua que, dicho sea de paso, es útil y justo reconocerlo ahora, en la actualidad dicha empresa voluntariamente atiende algo de distribución a diferentes rancherías vecinas, asunto que en alguna medida es digno de aplaudir y estimular, aunque advirtiendo que ello ocurre de manera relativa y en cantidades absolutamente insuficientes, dentro del marco de lo que se conoce como Responsabilidad Social Empresarial. El sistema del ferrocarril minero, de propiedad de la actual empresa carbonífera, también nos ha puesto a reflexionar sobre la viabilidad de estructurar y complementar responsabilidades administrativas, financieras y operativas entre gobierno, empresa Cerrejón, trabajadores y ex trabajadores de la mina y otras empresas asociativas que se integren a esa magna iniciativa social que sería una Gran Empresa de Economía Mixta, destacando el interés societario de afros e indígenas y resaltando que el inajenable aporte de los dueños del territorio, se concretaría exclusivamente a la cesión pro témpore de USO DEL SUELO TERRITORIAL AUTÓCTONO. Los estudios que se hagan al respecto arrojarán las pertinentes recomendaciones respecto a la producción, transporte y distribución de alimentos del campo, incluso, de la exportación e importación de productos agropecuarios y otros renglones de la economía autóctona, por ejemplo, asuntos relativos a las incalculables potencialidades pesqueras de la región caribe, incluyendo importante zona marítima de la región fronteriza venezolana y más allá de ella. El presidente Petro sabe muy bien, porque él ha sido partidario de explorar las posibilidades turísticas de La Guajira, que a partir de los soportes que representarían las potencialidades del tren y sus activos, dos aeropuertos privados de hoy, utilizados exclusivamente por y para la minera extranjera, lo mismo que formidables y sofisticados activos de la infraestructura portuaria de la empresa Cerrejón, constituiría, según la propuesta que hemos ventilado con dirigentes guajiros, la base para que en el próximo futuro se establezca y consolide en lo que es hoy del dominio de empresas extranjeras Puerto Bolívar, la más importante Sociedad Portuaria Mixta y Multipropósito Indígena.

Aspiramos a que, en lo que falta de este gobierno de transformaciones, que ya es poco, deberían quedar por lo menos las mínimas bases normativas, jurídicas y técnicas, para la consolidación de una ambiciosa estrategia de educación superior, que podría llamarse la Universidad de la Paz Colombiana, mediante la conversión de las instalaciones del actual campamento de Mushaisha, de propiedad de la minera, conformado por hoteles, almacenes, supermercados, escuelas, colegios, oficinas de toda clase y categorías, laboratorios clínicos e industriales, infraestructura de empresas de servicios varios, consultorios médicos, bacteriológicos y odontológicos, gimnasios, empresas de transporte de carga y pasajeros, agencia de viajes, estaciones de servicios de combustibles y lubricantes, hospitales, clínicas, acueductos, alcantarillados, bodegas, parqueaderos, edificios, talleres, bancos, ciudadelas y todo tipo de soluciones habitacionales, restaurantes, cafeterías, clubes, varios auditorios y piscinas, canchas deportivas, etcétera, configurándose el campus universitario de lo que sin duda sería la institución de educación superior más importante del caribe colombiano, en caso de que este gobierno que debería ser el gobierno de las transformaciones así lo planee y ordene.

Tampoco debería extrañarnos que el Presidente empiece a implementar las normas y mecanismos jurídicos de transición gradual, reitero, mediante contratación bilateral con la empresa dueña de esos activos, para hacer desde ahora posible el pronto y efectivo acceso, paulatino y escalonado a más de cincuenta mil hectáreas de tierras productivas, progresivamente vacantes, privilegiando en primer lugar a las familias campesinas de la región, indígenas y negros, impactados por la minera. De ninguna manera, no podemos excluir, los altos niveles de la carga moral que tienen sobre sus hombros, léase cargos de conciencia, de los actuales propietarios y/o administradores de la empresa minera, quienes deberían facilitarle las cosas al presidente Gustavo Petro y demás autoridades, especialmente por el recorderis que nos toca refrescarles la memoria, sin entrar ahora en detalles, sobre la ilegalidad y absurdidad del inicial acceso a las tierras indígenas del norte y a las de los negros del sur, lo mismo que fundamentos y argumentos filosóficos de entonces, parapetados en lo que ingeniosamente se llamó Declaratoria de Utilidad Pública y Social.

 

RELACIONES INTERNACIONALES DE COLOMBIA CON LOS ESTADOS UNIDOS Y CHINA, LA NECESIDAD DE CURAR VIEJAS Y RECIENTES HERIDAS CON VENEZUELA Y POR SUPUESTO LA COYUNTURA DE LA PRESIDENCIA PROTÉMPORE DE LA CELAC.

Por Jaime Araújo Rentería

Hay personas que consideran que las relaciones internacionales de Colombia, dependen exclusivamente de la voluntad del Presidente de turno, lo que trae como consecuencia que cambien de un extremo a otro, dependiendo de quién sea el Presidente en cada circunstancia. Este vaivén, se pretende justificar con el revestimiento de una superpuesta Ideología política y también jurídicamente, invocando el artículo 189 de la Constitución Política que establece que el Presidente es el Jefe de Estado y director de las relaciones internacionales.
Sin embargo, no hay que olvidar que el Presidente de la Republica es un poder constituido y, por lo mismo, sometido a la constitución del Estado. Además, no olvidemos que Colombia es de los países que tiene reguladas sus relaciones internacionales en su propia Constitución, lo cual obliga por igual a cualquier Presidente y a todos sus ciudadanos, que significa que nadie, en el Estado de Derecho, está por encima de la Constitución, de igual forma que las relaciones internacionales de Colombia NO están sujetas al capricho y vaivenes de ningún presidente y No respetarla es violar la Constitución.
Una de las primeras constituciones que reguló sus relaciones internacionales, fue la soviética de 1977 y hoy son varias las que lo hacen así, como las de Italia, Cuba, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay o Portugal, entre otras.
Entre las normas constitucionales que regulan las relaciones internacionales, están los artículos 9, 226 y 227 de la constitución que establecen cómo deben ser nuestras relaciones internacionales con el resto de los países, que en sus partes pertinentes dicen: ARTICULO 9. Las relaciones exteriores del Estado se fundamentan en la soberanía nacional, en el respeto a la autodeterminación de los pueblos …De igual manera, la política exterior de Colombia se orientará hacia la integración latinoamericana y del Caribe.”. “Artículo 226. El Estado promoverá la internacionalización de las relaciones políticas, económicas, sociales y ecológicas sobre bases de equidad, reciprocidad y conveniencia nacional.” Artículo 227. El Estado promoverá la integración económica, social y política con las demás naciones y especialmente, con los países de América Latina y del Caribe mediante la celebración de tratados sobre bases de equidad, igualdad y reciprocidad, …”.
El principio de la soberanía exige que el Estado y su Presidente no sean títeres de ningún imperio, por ninguna razón política, militar o comercial. En relación con el tema de los límites a la soberanía, debemos preguntarnos por tres clases de límites distintos: si existen límites fácticos; si existen límites éticos; y finalmente si existen límites jurídicos al soberano. En relación con las dos primeras clases, la gran mayoría de los autores aceptan que existe esa clase de límites, sin embargo, existe una gran polémica en relación con la inherente a los límites jurídicos. El problema de si la soberanía es absoluta o es limitada debe estudiarse en dos esferas: interna e internacional.
En el plano internacional, hay que tener en cuenta que se parte de un supuesto diametralmente opuesto al del plano interno. En este último aparece como una clara relación de mando-obediencia, lo que presupone una relación de desigualdad entre el que manda y el que obedece y es también una relación positiva: la de dar órdenes. En cambio, en el plano internacional, se presupone que los sujetos que se relacionan entre sí, están en una relación de igualdad, donde todos los sujetos de derecho son iguales entre sí y por lo mismo se trata de una relación negativa; donde si bien es cierto ningún sujeto puede dar órdenes al otro, tampoco está obligado a recibirlas; dicho de otra manera, la soberanía se traduce, en el plano internacional, en que ningún Estado está obligado a recibir órdenes de otro Estado. La diferencia fundamental entre la soberanía interior y la exterior, está en el hecho de que en la soberanía interior el soberano da órdenes a todos y el no recibe órdenes de ninguno; en cambio, en la soberanía exterior, el soberano no recibe órdenes de ninguno de los sujetos del derecho, pero tampoco puede darlas.
En relación con el respeto a la autodeterminación de los pueblos, propugnado por todos los socialdemócratas del mundo y que fue un avance fundamental del derecho internacional moderno, frente a lo que existía antes, que era el derecho de cualquier Estado, comenzando por las grandes potencias, de intervenir, invadir y sojuzgar a cualquier otro Estado, con el pretexto de que no le gustaba su gobierno; lo que era fuente de guerras internacionales o de guerras civiles. Precisamente, con el fin de lograr la paz internacional, era necesario que los Estados se abstuvieran de intervenir en los asuntos internos de otros Estados y que fueran los propios pueblos de esos Estados, quienes decidieran cuándo y cómo cambiar a sus gobiernos. La revolución de octubre defendió el principio de autodeterminación de los pueblos y ayudó al proceso de descolonización de pueblos sometidos a potencias extranjeras. En Estados federales ya desaparecidos, como la URSS o la República Federal Popular de Yugoslavia, sí se reconoció constitucionalmente el derecho de autodeterminación, incluso de secesión, de las repúblicas que lo conformaban.
Por no respetar el principio de autodeterminación de los pueblos es que tenemos problemas irresolubles con varios de los países limítrofes, como es el caso de Nicaragua y Venezuela, donde por no dialogar con esos países tenemos problemas en nuestras fronteras, como son con Nicaragua, los casos de San Andrés, providencia, etc., y con Venezuela el de LOS MONJES, donde está una de las mayores reservas petroleras del mundo y donde los gobiernos de derecha regalaron parte del territorio nacional. En el caso de San Andrés hemos acudido ante la Corte Internacional de Justicia y hemos perdido también parte de nuestro territorio, lo perdimos con la sentencia de 2012. Si queremos resolver estos conflictos, tenemos que sentarnos y entendernos con el mayor respeto con nuestras contrapartes, independientemente de que nos gusten o no sus gobiernos. Lo que más conviene a nuestra economía y a los colombianos es que nuestra patria tenga relaciones comerciales, sociales, culturales y científicas, con todos los países del mundo en condiciones de igualdad y de reciprocidad, como ordena nuestra Constitución. No podemos permitir que los gobiernos, violando la Constitución, nos llenen de bases militares extranjeras, como lo hizo el de Uribe, o entreguemos a Gorgona como se quiere hacer ahora, nos metan como aliados de la OTAN, como lo hizo el de Santos, o nos metan en una guerra con Venezuela, Nicaragua o cualquier otro país.
No es cierto, como el gobierno y sus áulicos afirman, que si no se cumplen los tratados internacionales nada pasa, ya que, en el derecho internacional, por ser un derecho todavía primitivo, los propios Estados pueden evaluar si su contraparte está cumpliendo el derecho internacional y si considera que no, puede hacer justicia por propia mano y aplicar las sanciones que pueden ser de distinto grado y que pueden incluir las más graves, como son las represalias y la GUERRA. Es poco probable que le ganemos una guerra a Venezuela y mucho menos a otro país limítrofe como Brasil, y si creemos que podemos ganársela a Nicaragua, no sabemos si sus aliados, incluida Rusia la dejen sola.
Conclusión:
Creemos que los gobiernos de Colombia, deben dirigir nuestras relaciones internacionales como manda la Constitución y no a su libre albedrio. Y si quieren hacer conocer a los otros Estados sus molestias, deben hacerlo por los medios diplomáticos regulares y no por X; exhortamos que deben buscar la integración latinoamericana y del Caribe; promover las relaciones sociales y económicas con todas las naciones del mundo, sobre bases de equidad y reciprocidad. Ser soberano internacionalmente y respetar la autodeterminación de los pueblos. Y esto es válido para el caso de Venezuela, como de otros Estados.
Saludamos con moderado optimismo la llegada de Colombia a ocupar la presidencia pro témpore de la CELAC, deseando para el señor Presidente éxitos en su desempeño y buen viento en este mar de profundas dificultades y pujas entre las poderosas potencias del mundo.
 

martes, 8 de abril de 2025

CANDIDATO PRESIDENCIAL ARAÚJO RENTERÍA ESTÁ PREOCUPADO POR LA SUERTE DE LA CIÉNAGA GRANDE DE SANTA MARTA


Por: Jaime Araújo Rentería


Más allá de si vale la pena discutir o celebrar, de si el Plan de Manejo Ambiental anunciado en su momento por la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, para recuperar la Ciénaga Grande de Santa Marta, estaría financiado por una inversión de ocho o nueve millones de dólares, gestionada por éste o por el anterior gobierno, lo que interesa realmente a los colombianos es que se logren las metas de un bien diseñado plan de manejo ambiental y que se abandone la tendencia de inútiles rifirrafes entre encumbradas funcionarias y exfuncionarias del importante Ministerio. Destaquemos que lo que está en juego es la suerte de un ecosistema estratégico para el país y el mundo, declarado humedal de importancia internacional Ramsar en 1998 y Reserva de Biósfera por la Unesco en el año 2000. Este ecosistema, además, tiene el atractivo social y económico que produce un promedio de 6.000 toneladas de pescado al año. El plan de recuperación del actual gobierno tiene contemplado trabajar en conjunto con las comunidades y las entidades del Sistema Nacional Ambiental donde se realizará una reconversión económica, la restauración ecológica de manglares y caños y el restablecimiento de conexiones a través de los canales de la Ciénaga Grande, el cual beneficiará más de 250.000 personas de la región, suponemos que el esfuerzo incluirá el Sistema Delta Estuarino del Río Magdalena. Quisiéramos agregar a esa iniciativa ecológica la necesidad de implementar con urgencia un programa de vivienda digna, ojalá con la opción de reforzar las posibilidades del turismo ecológico de la zona, adecuada y asequible, de conformidad a los lineamientos definidos por el Comité de Derechos Económicos, sociales y Culturales de ña ONU.

REITERAR LO QUE EXPRESÉ EN DICIEMBRE..

 

CASI NOS DEJA EL TREN
Por Armando Pérez Araújo
La tremenda noticia de que el presidente Petro está interesado en conversar con los dueños del sistema del ferrocarril privado, la empresa Cerrejón, para negociar la posibilidad de consensuar una fórmula adecuada y equitativa, por supuesto contractual, no solamente no es descabellada sino la más inteligente y popular para los intereses de los colombianos y, particularmente, para los de los tradicionalmente olvidados de La Guajira. Celebramos que esta iniciativa, que hemos impulsado desde nuestra Causa Caribe y divulgado en Pensamiento Caribe, haya cuajado y se convierta en una interesante bandera de cambio y de transformación inmediata. El presidente Petro tiene toda la razón, también tiene cogida la sartén por el mango, y veamos porqué resulta adicionalmente viable: en primer lugar, el proceso minero carbonífero de La Guajira ya no es el desaforado terrófago de antes, cuando cada gobierno regional y nacional, la sociedad colombiana, incluso, componentes de nuestra espiritualidad, como nuestra Iglesia Católica asentada en La Guajira, se comportaban con los peores signos de genuflexión, mostrándose arrodillados y sumisos a los poderosos y exorbitantes intereses de la gringa familia Rockefeller. Recordemos que en ese entonces parecía que estaba completamente prohibido en el país disentir de las políticas corporativas impartidas desde las altas esferas de Exxon Mobil en Dallas, además, la postrada estatal Carbocol S.A. que suponíamos, debería haberse comportado erguida, actuando celosa del cuidado de tantos y tan sensibles intereses de los colombianos, se limitaba y concentraba en velar los asuntos socialmente intranscendentes del contrato de asociación. Pero los tiempos han cambiado y es evidente que el Presidente Petro se ha desmarcado de las multinacionales extractivistas, y, claro, adicionalmente, resulta evidente la tozudez del vinculante fenómeno jurídico que indefectiblemente implica el inminente y justo Cierre de Mina, lo mismo que la Transición Energética Justa, el Acuerdo de París, el Protocolo de Kioto, el Acuerdo de Escazú, etcétera, que les impone a las partes contratantes, particularmente para el caso concreto de La Guajira, un entendible cambio de reglas del juego a favor de los parámetros de la justicia social y ambiental. De manera que acceder de forma temprana a los sobrantes servicios parciales del tren y algunos activos de propiedad de la empresa Cerrejón, también servirá para asegurar y garantizar a la sedienta población guajira, la indispensable transportación de incalculables volúmenes de agua que, dicho sea de paso, es justo reconocerlo ahora, en la actualidad dicha empresa voluntariamente atiende su distribución a diferentes rancherías vecinas, asunto que en alguna medida es digno de aplaudir y estimular, aunque advirtiendo que ello ocurre de manera relativa y en cantidades absolutamente insuficientes, dentro del marco de lo que se conoce como Responsabilidad Social Empresarial. El sistema del ferrocarril minero, de propiedad de la actual empresa carbonífera, también nos ha puesto a reflexionar, y el presidente Petro lo sabe, sobre la trazabilidad y viabilidad contractual de complementar responsabilidades administrativas, financieras y operativas entre gobierno, empresa Cerrejón, trabajadores y ex trabajadores de la mina y otras empresas asociativas campesinas, afros e indígenas, resaltemos, con el inajenable aporte de los dueños del territorio, que aportarían exclusivamente el USO DEL SUELO TERRITORIAL, respecto a la producción, transporte y distribución de alimentos del campo, incluso, exportación e importación de productos agropecuarios y de otros renglones de la economía autóctona regional, por ejemplo, asuntos relativos a las incalculables potencialidades pesqueras de la región caribe colombiana, incluyendo importante zona marítima de la región venezolana y más allá. El presidente Petro sabe muy bien, además, porque él siempre ha sido partidario de explorar las posibilidades turísticas de La Guajira, que a partir de los grandes soportes que representarían las potencialidades del tren y sus activos, los dos aeropuertos privados de hoy, utilizados exclusivamente por y para la minera extranjera, lo mismo que los formidables activos de la infraestructura portuaria minera, constituiría, según la elemental propuesta que hemos ventilado con algunos dirigentes guajiros, la base para que en el próximo futuro se establezca la más importante Sociedad Portuaria Mixta y Multipropósito Indígena de América. En lo que falta de este gobierno deberían quedar por lo menos las mínimas bases normativas, jurídicas y técnicas, para la consolidación de una ambiciosa estrategia de educación superior, mediante la conversión de las instalaciones del actual campamento de Mushaisha, de propiedad de la minera, conformado por hoteles, almacenes, supermercados, escuelas y colegios, oficinas de toda clase, laboratorios clínicos e industriales, infraestructura de terceras empresas de servicios varios, consultorios médicos y odontológicos, gimnasios, empresas de transporte de carga y pasajeros, agencia de viajes, estaciones de servicios de combustibles y lubricantes, hospitales, clínicas, acueductos, alcantarillados, bodegas, parqueaderos, edificios, talleres, bancos, ciudadelas y todo tipo de soluciones habitacionales, restaurantes, cafeterías, clubes, varios auditorios, piscinas, varias canchas deportivas, etcétera, en el campus universitario de lo que sería la institución de educación superior más importante del caribe colombiano, en caso de que este gobierno de transformaciones así lo planee y ordene. Tampoco nos debería sorprender que el presidente Petro y su Ministra de Agricultura empiecen a implementar normas y mecanismos de transición gradual, reitero, mediante contratación con la empresa dueña de esos activos, para hacer posible el pronto y efectivo acceso, paulatino y escalonado a más de cincuenta mil hectáreas de tierras productivas, progresivamente vacantes, privilegiando en primer lugar a las familias de la región, indígenas y negros, impactados por la actividad minera. De ninguna manera, no podemos excluir, por supuesto, los altos niveles de la carga moral que tienen sobre sus hombros, léase conciencias, los actuales dueños y administradores de la empresa minera, los cuales deberían facilitarle la tarea al señor presidente Petro, especialmente el recorderis que nos toca refrescar, sin entrar en mayores detalles, sobre la ilegalidad y absurdidad del acceso a las tierras indígenas del norte y a las de los negros del sur, lo mismo que los fundamentos y argumentos filosóficos de entonces, parapetados en lo que se llamó la Declaratoria de Utilidad Pública y Social.

viernes, 4 de abril de 2025

¡SERÉ CANDIDATO AL SENADO!

 ENTREVISTA

 (Tomada de la edición 66 de la Revista Pensamiento Caribe)

ARMANDO PÉREZ ARAÚJO ACEPTÓ EL RETO DE ESTAR EN LA LISTA ABIERTA DE 100 HOMBRES Y MUJERES LIBRES E INDEPENDIENTES AL SENADO DE LA REPÚBLICA, POR EL MOVIMIENTO CAUSA COLOMBIA QUE APOYA LA OPCIÓN PRESIDENCIAL DE JAIME ARAÚJO RENTERÍA.

Sabemos que no será fácil para un hombre demócrata como Armando Pérez Araújo, moverse en un medio en donde campea la más agresiva corrupción electoral del país. Por esa razón, la Unidad de Investigación y Entrevistas de la Revista Pensamiento Caribe lo invitó para hacerle con total independencia y objetividad las siguientes preguntas sobre su complicada aspiración política de llegar al Senado de la República. Algunas serán incómodas.

PC; ¿Cómo se abrirá paso para lograr el apoyo necesario para obtener nada menos que una curul al Senado de la República? cuáles serían sus armas y herramientas predilectas para enfrentar la plutocracia y agresiva corrupción instaladas en La Guajira?

APA: En primer lugar, debo decirles que curiosamente siempre es la primera pregunta que me hacen sin vaselina mis amigos. Entre chanza y chanza, como quién no quiere la cosa, me indagan sobre la que se ha convertido en la pregunta del millón, es decir, de dónde saldrá la financiación de mi campaña. No me preguntan por mis propuestas, por mis hijos o nietos, ni por los temas importantes de mi agenda, sino precisamente por eso mismo que ustedes me preguntan, de dónde saldrá el billete para la campaña. Siempre respondo lo mismo, advirtiendo que el problema de tener que enfrentar el absurdo y prostituido  modelo electoral que tenemos en La Guajira no es exclusivamente a punta de plata. En mi caso concreto, tengo muy claro cuál es mi verdadero y más berraco problema para enfrentar, también sé quiénes serán mis posibles contrincantes y cuáles mis principales dificultades políticas y logísticas. También, tengo muy claro que no será en el fétido terreno de la compra de votos, ni mucho menos en el del acompañamiento de contratistas cómplices, ni en el de dádivas o canonjías, que es el hábitat normal de ellos, donde tendré que medirme con inevitable desigualdad con los inmensamente poderosos compradores de votos y destructores de la poquita democracia que tenemos en esta parte frágil del país. Es en ese único cuadrilátero en donde me pueden derrotar con la mayor comodidad. Es por eso que a mis amigos les inyecto total tranquilidad, cuando les confirmo mi absoluta vocación de no caer en esos albañales de la politiquería. Allá que no me esperen, desde ya les digo a todos, especialmente a mis obvios contendores. En cambio, les anuncio, desde ahora, que nuestro único camino para derrotarlos sin mayor dificultad y poder llegar al Senado de la República, será de la mano de la gente decente de La Guajira y, óigase bien, de la mano de gente de muchas partes del país, haciendo mis propuestas de toda la vida respecto a una nueva democracia para los colombianos, para lo cual estamos suficientemente preparados y convencidos y para lo cual no buscaremos ni necesitaremos el patrocinio de ningún sector ilegal ni sospechoso de la economía. Dicho de otra manera, más fácil: nuestra fórmula para ganarles, a los poderosos de la politiquería en este medio de tanta vagabundería es sin la cantidad de plata que ellos sí necesitan. Nosotros no necesitamos de ese tipo de financiación. En conclusión, acudiré a los diferentes sectores decentes de la sociedad colombiana y tengo que decir que estoy seguro que en La Guajira recibiré el respaldo de quienes propugnan por una transición energética justa, por un Cierre de Mina que también sea justo para que se compense y resarza la gran deuda social que la minería abusiva generó en las comunidades indígenas y afros, lo mismo que respecto a pequeños y medianos propietarios desplazados de diferentes maneras del campo productivo, del sur y del norte. Mi obsesión por una Asamblea Popular Constituyente no es nueva, no tiene que ver con un tema de campaña, para mí es un asunto que tiene que ver con los derechos de la gente y en el caso concreto de La Guajira, con las grandes reformas que requiere el Estado Social de Derecho.

PC: ¿Tiene usted el respaldo político de la izquierda de La Guajira?

APA: Claramente tengo que ser objetivo frente a esa recurrente pregunta: No me hago ninguna ilusión porque en ese ámbito hay mucha gente incoherente. Lo que sí puedo decir es que tengo el gran respaldo de gente muy seria de los diferentes sectores sociales y políticos de La Guajira, llámense indígenas, afro guajiros, líderes, dirigentes, pueblo raso, campesinos propietarios o simples trabajadores del campo, estudiantes, docentes, comerciantes, trabajadores y ex trabajadores de la industria minera de carbón, turcos, migrantes venezolanos, profesionales y trabajadores del sector de la salud, choferes, trasportadores, sindicalistas, pescadores, artesanos, incluso, cachacos y miembros de diferentes colonias que aquí residen en este lugar amable de nuestra patria. Es correcto decir y reconocer que tengo de todo un poco como en botica. Concluyo diciéndoles que la tradicional e inapropiada división del pasado entre las llamadas izquierdas y derechas ha desaparecido en la actividad política de todo el mapa de Colombia, pero muy especialmente en el caso de La Guajira. Aquí hay mucha gente buena en los viejos partidos políticos, incluso, gente justa, rescatable y progresista dentro de esas viejas estructuras partidistas, tal vez en más proporción que en cualquier parte de Colombia, claro, también hay potentes roscas antidemocráticas incrustadas en el poder, lo mismo que ocurre en las nuevas expresiones de la política colombiana a nivel nacional. Debo reconocer que cuento con la satisfacción de tener amigos entre quienes prefieren llamarse y que los llamen simplemente demócratas o progresistas, sin que tengan que acudir a los remoquetes de las tradicionales denominaciones o sugestivas marcas de la politiquería. Me enorgullece que percibo el respeto generalizado, de liberales y conservadores, verdes y amarillos, socialistas y comunistas empedernidos de diferentes matices, porque he sido permanentemente un hacedor de paz, al lado de gente buena, comprometida con las verdaderas y profundas transformaciones sociales del país. Como ciudadano he construido y he cultivado amistades en todos los lugares y sectores de la política. Es evidente que he defendido los derechos de la gente en todos los rincones. Como abogado defensor de los derechos humanos he estado en el barro y en la vanguardia de la defensa de los derechos y causas de los más humildes de La Guajira. Con respeto y humildad, sin ninguna vanidad, puedo y debo decir que he consagrado gran parte de mi vida a la defensa efectiva del territorio de afros e indígenas, a los derechos de la gente, frente a los poderosos, como seguramente lo han hecho muchos de los que tuvieron la suerte de nacer aquí en este rincón de la patria. Como escritor sobre temas públicos he militado al lado de los más necesitados de mis denuncias y defensas.

PC; Usted ha sido crítico de la forma como se han generado los parques eólicos en La Guajira. Los hechos le han dado la razón. ¿Cuál es su opinión?

APA; Lo único que hemos resaltado es que todo ha sido un disparate desde el punto de vista legal. Hemos propuesto al gobierno de Duque y a éste que ayudamos a elegir, al del doctor Petro, que ese proceso de instalación ilegal de los parques eólicos hay que revisarlo. Las consultas previas fueron una farsa. Se desconoció la propiedad privada del pueblo indígena. El Acuerdo de la Habana, en materia de distribución de la tierra, se hizo trizas. Somos partidarios de salvar el proceso de transición energética en La Guajira, sobre la base de que se respete la territorialidad del pueblo wayuu en la alta guajira y demás derechos del resto de la gente en el norte y en el sur. Lo que hemos criticado y pedido que se revise es a favor, incluso, de los inversionistas nacionales y extranjeros. A ellos, también los engañaron, sonsacándolos, haciéndoles creer que el territorio indígena era un potrero público, inclusive, menos que eso, les vendieron la ilusión de que el resguardo indígena era un extenso yermo, que estaba conformado por tierras mostrencas. Lo mejor que puede pasar es legalizar esa vagabundería jurídica. En caso de ser Senador esa será una de mis tareas.

miércoles, 2 de abril de 2025

Me vieron cara de pendejo..

Un avance de la Edición 66 de la Revista Pensamiento Caribe

Los autogoles del Presidente

Por Antagónico Franco

En pleno Consejo de Ministros televisado, el mandatario se fue de frente, lanza en ristre, contra algunos exfuncionarios que hicieron parte de su gabinete y habló sin tapujos de engaño y premeditación. Apenas comenzó la intervención del Ministro de Educación, sin ningún preámbulo, cuando se le ocurrió al primer mandatario que tenía que intervenir para confesar su metida de guayo, lo primero que hizo fue reconocer sus tres primeros pecados capitales, como fue dejarse meter el gol, que prefirió admitir que fue un autogol, de enchufar en su primer gabinete, en los puestos estratégicos de su gobierno, al Ministro Ocampo, a López Montaño y al Ministro Gaviria. Textualmente dijo, en modo desahogo y revelación, “me vieron cara de pendejo”, pero, seguramente, por respeto a la restricción del horario de televisión para menores, no dijo lo que él y los televidentes estábamos pensando que tenía en la puntica de la lengua y que seguramente quiso decir. Involucró en su perorata muy bien hilvanada a los actuales directivos del Banco de la República y muy especialmente, de manera reiterada y didáctica, el papel determinante y de conductor de esa patraña de la oposición, ejecutada desde la sombra, al ex presidente Iván Duque Márquez. Al ex mandatario lo asoció con la engañifa presupuestal de esconder mediante maniobras la bicoca de más treinta billones de pesos, platica que tuvo que asumir como deuda el actual gobierno del cambio. La grandeza del presidente Petro aumentó en la medida que los colombianos entendíamos la importancia de transparentar los Consejos de Ministros, pasándolos por la televisión oficial, haciendo públicas las sesiones y desentrañando los enredados secretos y pujas por el poder, incluyendo las trampas de un modelo de gobierno contra el otro.

La serie televisada que perfectamente podría llamarse Los Autogoles del Presidente, promete seguir destapando sorpresas para la audiencia nacional y muy especialmente en lo que viene en los esperados y emocionantes capítulos, relacionados con goles y autogoles en los diferentes espacios territoriales de la patria. Una de las más esperadas explicaciones del señor Presidente será la de cómo, por primera vez en La Guajira, por ejemplo, en pleno apogeo del histórico gobierno del cambio, los resultados electorales en las elecciones regionales fueron los peores, a tal extremo, que ha sido en este gobierno de transformaciones, cuando más se acomodó la derecha, cuando más se ha fortalecido. Los expertos en política no descartan que el Presidente Petro, en sublime y televisado acto de contrición y atrición, explique didácticamente a los colombianos, si es cierto o no, que esa embarrada electoral se explica de la misma manera, es decir, que fueron por traiciones y culpa de sus aliados ministros santistas, o fue su misma gente coaligada en el denominado pacto histórico, los que directa o indirectamente deben cargar con tremenda responsabilidad.

Recuerdo que, en las páginas de esta revista, mi compadre y vecino, Inocencio Irónico, le dijo al presidente Petro que la Ministra López, más conocida como la Chechi. en caso de que ella hubiese sido la responsable, no debió introducir al curubito del gobierno del cambio a don Pepe Lafaurie, mucho menos atornillarlo en la rectoría de los delicados temas de repartición de tierras y respecto a cumplir con el asunto esencial de Acuerdo de la Habana. Nuestro presidente no logró impedir ese gol de cabeza de parte de la derecha, sino que ocasionó un penalti que también fue un cipote gol por el costado derecho, pateado por el mismo personaje, haciéndose nombrar como el gran censor y filtro de la paz trazada con el ELN. Las boletas de entrada a las salas de cine, para escuchar y presenciar estas revelaciones presidenciales y otras que se esperan con bastante interés en la provincia colombiana, serán agotadas y se subirá el rating de la gran audiencia, lo mismo que el reconocimiento y el prestigio de los Consejos de Ministros televisados.